Desde mis letras aparecen yemas, mis yemas hacen todo aquello que yo deseo.
Las letras son los transmisores de mis yemas que dibujan el mundo de mi vida.

martes, 1 de febrero de 2011

NANAS


Y mientras Alejandría se deshacia, sentada en un triste banco de Central Park, recordó que no recordaba la voz de su madre cantándole una nana, ¿se había olvidado? o ¿había ocurrido?
No sabía nada, no recordaba nada de una parte de su infancia ¿por qué?, se deshacia en el pensamiento, buscando entre lo más recóndito de su memoria y no conseguía recordar algo suyo, algún recuerdo de ella, algo que no le hubieran explicado, algo que realmente le perteneciese.
No, no alcanzaban sus oídos a escuchar una nana, ¿la habría tenido?
Esperaba haberla tenido, haber dado felicidad en algún momento de su nacimiento a alguien, a alguien no, a su madre, especialmente a su madre.

Pero el retroceso se hacia doloroso, demasiado doloroso y, reparó por un instante en una mujer con un culo inmenso que barria el suelo del parque y se preguntó si ella recordaría la voz de su madre cantándole una nana.
Quiso levantarse y preguntarle, pero ya no tenía pies, no podía más que imaginar su vida e intentar montar con los cuatro cachibaches que le quedaban el misterio de su nacimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario